Infertilidad

Seminograma

Cuando escribo estas palabras queda ya muy atrás mi primer seminograma, pero me gusta que quede escrito porque es una vivencia más de nuestro camino.

El seminograma es una prueba que consiste en analizar una muestra de semen y medir determinados parámetros, como la concentración (cuántos hay), la movilidad (cuántos se mueven, cuántos son más rápidos y cuántos más lentos), la morfología (si tienen la forma correcta en la cabeza o en el flagelo) y otros.

La muestra de semen, o, directamente, “la muestra” (cuántas más veces usaremos esta expresión…) se obtiene mediante masturbación, hay que depositarla cuidadosamente en un bote para análisis y asegurarse que no se pierde nada. Esto es importante porque para calcular cuántos espermatozoides hay, cuentan la concentración por mililitro, multiplicada por el número de mililitros eyaculados.

La muestra tiene que llegar al laboratorio antes de una hora de haber sido obtenida (otro gran verbo: “obtener la muestra”, nadie diría qué es lo que estás haciendo en el cuarto de baño). Esto es así porque los espermatozoides se mueren o degradan con el tiempo cuando están fuera del cuerpo. Hay que llevar la muestra al laboratorio protegida de la luz, y cerca del cuerpo para mantener la temperatura.

Cuando tuve que entregar la muestra para mi primer seminograma, descubrí que en el laboratorio donde la iban a analizar no disponían de un espacio habilitado para obtenerla, y claro, no es plan de obtenerla en la sala de espera. Por suerte mi oficina estaba cerca de ese laboratorio y pude ir allí a hacer un uso discreto del baño (previamente pasando por una tienda a comprar papel de aluminio para proteger el bote de la luz, ya que no llevaba nada para protegerlo).

Uno podría pensar, cuando todavía no está metido en el maravilloso mundo de la reproducción asistida, que “obtener una muestra” es algo divertido y placentero. Pero la verdad es que la presión que uno siente le hacen perder bastante las ganas de disfrutar del momento.

Una vez se entrega la muestra al laboratorio hay que rellenar un formulario indicando una serie de parámetros: los «días de abstinencia», que son los días desde la última eyaculación (en un bote, en tu mujer, donde sea, eso al laboratorio ya le da igual) y sirven para evaluar la calidad de la muestra (se recomiendan entre 3 y 5 días de abstinencia); si se ha tenido fiebre recientemente (los episodios de fiebre pueden matar muchos espermatozoides y es importante tener el dato cuando se analiza la muestra); y por último, te preguntan si se ha «recogido todo el volumen eyaculado» (frase bonita para preguntarte si has acertado dentro o ha ido parte fuera). Esto último es como el formulario este de entrada en los Estados Unidos en el que te preguntan si quieres matar al presidente: si respondes que sí, la has cagado. Si no se ha recogido todo el volumen en el bote, la muestra no es válida.

Después hay que esperar dos o tres días a los resultados, dependiendo del laboratorio.

Me derrumbé cuando vi los resultados de ese primer seminograma: astenoteratozoospermia. Este era el término que describía la situación: baja movilidad (un 25% de móviles progresivos, esto es, que se mueven lo suficiente como para desplazarse y llegar hasta el óvulo; se considera aceptable a partir de un 32%) y pocas formas normales (un 2%, se considera aceptable a partir de un 4%).  Me llamó la atención y me sigue sorprendiendo que haya tantos que salgan con formas raras (o malas directamente). Se ve que la especie humana es así de poco fértil…

Me empezaron a entrar las dudas: si esto significaba que nunca conseguiríamos un embarazo, si lo podríamos conseguir de forma natural. Y luego un sentimiento de culpa y tristeza terrible. Porque se supone que esto es lo más importante que  deberíamos poder hacer: tener descendencia; para eso hemos evolucionado y estamos mejor preparados. No para fabricar vasijas de barro, no para tocar el piano (tampoco sé tocar el piano).

En Padme encontré mucho consuelo y amor, y poco a poco fui asumiendo la situación y haciéndome cargo de que estábamos ante un problema. Juntos superamos ese episodio, y más adelante vendrían otros seminogramas e inseminaciones artificiales, pero esto ya es material para otro post.

3 comentarios en “Seminograma”

  1. Los hombres son los grandes olvidados en la Reproducción Asistida. Simples sementales que tienen que guardar su malestar para poder dar el apoyo necesario a sus mujeres. Y, por si fuera poco, han de masturbarse varias veces y en público; un público que es mayoritariamen femenino. Y sin poder expresar su malestar porque la frase: «cariño, solo tienes que hacerte una paja», cierra toda posibilidad al dialodi por encerrar una incomprensión ciega. ¿Te imaginas en esa situación? Masturbarte, tú, en un baño hospitalario, sabiéndolo todo el personal masculino.
    Mira lo que sienten ellos.

    http://jesusramosbrieva.blogspot.com.es/2018/04/a-nadie-parece-interesar-las.html?m=1

    Me gusta

Deja un comentario